domingo, 21 de junio de 2009

Inconformidad del ser

No cabe duda que nosotros, los seres humanos, somos criaturas extremadamente complicadas en todo el sentido de la palabra, con eso de que a veces nos olvidamos de que no somos inmortales y que realmente nuestro paso en la tierra es pasajero, tan pasajero que diría que en un abrir y cerrar de ojos se va esa juventud que al principio no apreciamos y aparecen esas arruguitas en la cara que tanto incomodan.He pensado mucho en estos días, yo diría que demasiado a pesar de que me he mantenido extremadamente ocupada, pero esto no me impidió darme cuenta de muchas realidades que parecían intangibles e irreconocibles para mí en este periodo de cambios y conocimiento de mi persona.

Esta complejidad “humana “ tiene diversas raíces ya que cada uno tiene su historias y experiencias personales las cuales influyen en su comportamiento, además de que la inseguridad al saber lo que se quiere dificulta muchas veces el proceso de obtener aquellas cosas que anhelamos pero no nos percatamos a tiempo de que eso es lo que realmente necesitamos.

El ego es el que manda y decide el curso de las situaciones, en el hecho de que nos anteponemos nosotros mismos, es decir, yo, yo yo, y de nuevo yo? Si!....

Ese narcisismo de nunca acabar repleto de vanalidades, que descubrimos que no tienen nada de importante cuando nos vemos en una situación fuerte e irremediable.

Aquí es donde me doy cuenta de la eterna inconformidad del ser, que desde donde se mire siempre cae en aquel portal interior que solo nos refleja a nosotros mismos insatisfechos aun teniendo todo aquello que necesitamos, que glorificamos y gritamos al viento.

Yo solo quiero concluir diciendo que creo que la utopía de que nuestra felicidad es perdurable es aquella que nos llevara a la felicidad perdurable.

Por: Miriam Badia.